Comprar vehículos de ocasión siempre tiene sus riesgos y tenemos que tomar una serie de precauciones y consejos para evitar sustos y malgastar el dinero. Lo primero que debes hacer es no precipitarte e intentar informarte, comparar y saber cuando un coche de segunda mano es de ocasión.
¿En qué tienes que fijarte al comprar un coche de ocasión?
Comprar un coche de segunda mano tiene sus ventajas y desventajas, y entre estas últimas destaca el desconocimiento general del trato que ha recibido el vehículo por parte de sus anteriores propietarios. Además, los coches más solicitados son cada vez más antiguos, por lo que será más sencillo para el vendedor camuflar posibles fallos. Sin embargo, prestando un poco de atención a algunos detalles, para comprobar que todos los componentes están en correctas condiciones, puede hacerse una buena compra.
Os dejamos una serie de consejos si estás pensando en comprarte un coche de segunda mano:
- Elegir entre un particular o una empresa especializada. Una empresa especializada siempre te ofrecerá mejores y mayores garantías legales de compra ante una compra insatisfactoria o un vicio oculto del vehículo.
- Verifica siempre la tasación del vehículo. Su precio debe estar entre baremos establecidos. Existen guías y listas de precios impresos donde cada modelo y versión están tasados según sus características, antigüedad y kilometraje.
- ¡No te quedes con dudas! Pregunta sobre todo lo que se refiera al vehículo. El kilometraje, cuantos dueños ha tenido, cómo lo han usado, el historial mecánico, si ha tenido accidentes, cuanto consume, motivos de la venta, … Toda la información que obtengamos nos ayudará a tomar una decisión o negociar.
- Inspecciona el vehículo minuciosamente. Desde el aspecto exterior hasta el motor, pasando por el interior o los bajos del vehículo, todos los detalles nos pueden dar pistas sobre el mantenimiento que ha tenido y el estado actual. Revisa el coche de día, con buena luz, los defectos de chapa, pintura, neumáticos o interiores serán más visibles. Niveles de aceite y refrigerante o correcto funcionamiento del aire acondicionado. No te olvides de nada:
- Neumáticos: rajas o grietas, desgaste excesivo o irregular, flancos deformados, presión incorrecta, profundidad del dibujo, fecha de fabricación, etc.
- Cristales: Cuando un coche sale de fábrica, todos los cristales tienen impreso el logo del fabricante del vehículo. Cuando un cristal se rompe, los talleres no oficiales lo reemplazan por otro equivalente pero al no ser el repuesto original, no llevará impresa la marca del fabricante del coche.
- Puertas: observa si las puertas y maletero abren y cierran correctamente y si quedan perfectamente alineadas.
- Frenos: Circula recto y frena bruscamente. El coche deberá frenar sin mostrar tendencia a desviarse hacia ningún lado.
- Revisa con detalle la documentación del vehículo. Permiso de circulación, ficha técnica, certificado de la ITV más reciente y asegúrate de que el vendedor es el único propietario del vehículo y de que no hay pagos pendientes sobre éste. Ante la duda, verifícalos en la DGT y evita tener problemas posteriores a la compra.
- Cuando lo compres, haz todas las gestiones administrativas cuanto antes, dando prioridad al seguro para tener cobertura desde el mismo instante que empiece a usar el vehículo.
- No compres sin probarlo previamente. Prueba el coche sobre un recorrido variado que incluya ciudad y carretera, donde pueda comprobar el funcionamiento del motor y el estado de cambio, frenos, amortiguadores, etc. Fíjate en todas las reacciones del coche, incluso marcha atrás, para darse cuenta cómo responde en la mayor variedad de situaciones.