El sistema de refrigeración es el encargado de mantener el motor de tu coche a una temperatura óptima. Si este sistema se obstruye, el motor puede sobrecalentarse, provocando daños graves en componentes como la junta de culata, el radiador o incluso el propio bloque motor.
En GuerreroCar, como taller oficial en Marbella, diagnosticamos y reparamos sistemas de refrigeración obstruidos para que tu coche funcione con total seguridad.
Síntomas de un sistema de refrigeración obstruido
- Subida anormal de la temperatura del motor: Si notas que la aguja de temperatura se dispara o el testigo de sobrecalentamiento se enciende, podría indicar una obstrucción en el sistema de refrigeración.
- Pérdida de refrigerante sin aparente fuga externa: Si el depósito baja de nivel sin que haya una fuga visible, puede haber un bloqueo interno que impida el flujo correcto del líquido.
- Ventilador funcionando constantemente: Un ventilador que no para de girar es una señal de que el motor intenta compensar una falta de refrigeración.
- Testigo de temperatura encendido: La luz de advertencia en el salpicadero es una alerta directa de que algo no funciona correctamente en el sistema.
- Motor que hierve o genera vapor en el capó: Una obstrucción puede provocar acumulación de calor hasta el punto de que el refrigerante hierva.
- Calefacción del habitáculo que no funciona correctamente: La calefacción depende del sistema de refrigeración; si no llega líquido caliente, el sistema puede fallar.
Causas comunes de obstrucción en el sistema de refrigeración
- Acumulación de sedimentos o óxido: Con el tiempo, el refrigerante puede degradarse y formar sedimentos que se depositan en los conductos o en el radiador, dificultando la circulación del líquido.
- Uso de líquidos refrigerantes inadecuados o de baja calidad: Productos no homologados pueden causar reacciones químicas que obstruyen el sistema.
- Falta de mantenimiento periódico: No cambiar el refrigerante según lo recomendado favorece la aparición de impurezas y corrosión.
- Restos de juntas deterioradas o aceite en el circuito: Si hay una avería mecánica previa, puede introducirse aceite o suciedad que bloquee el sistema.
- Mal funcionamiento del termostato o bomba de agua: Estos componentes regulan el flujo del refrigerante. Si fallan, el circuito no se mantiene limpio ni activo.
Un sistema de refrigeración obstruido puede derivar en averías costosas, incluyendo la rotura de la culata o el motor. Si notas cualquiera de los síntomas descritos, no lo dejes pasar.
Te contamos nuestros consejos para evitar problemas de refrigeración:
- Revisa el nivel y estado del refrigerante con frecuencia: El líquido debe estar limpio, con el color adecuado y al nivel correcto.
- Cambia el líquido refrigerante según las recomendaciones del fabricante: Normalmente cada 2 o 3 años o cada 40.000 a 60.000 km.
- No uses agua del grifo como refrigerante: Contiene minerales que pueden provocar cal e incrustaciones.
Y lo más importante: Ante cualquier subida de temperatura, detente y acude al taller. Conducir con el motor caliente puede generar una avería grave e irreparable.